Hecho el juramento, los comisarios ondearán las banderas de la hermandad en señal de saludo en todos los domicilios de los hermanos.
El acto comienza con el «bandereo» a nuestros antepasados fallecidos en el cementerio, continúa por la casa parroquial y para el caso de que se trate del domicilio de un Comisario, se «banderearán» con las dos banderas.
Durante el recorrido se producen toda suerte de emotivos encuentros de hermanos con su patrona, entrando el cetro del hermano mayor en las casas de los enfermos y discapacitados y terminado el recorrido con la visita a nuestro centro de mayores.